¡Descubren El “edén” en Palenque, Chiapas!
¿La “evolución” nos lleva a la involución’?
¿Cómo llegue a dar con ese cuestionamiento? Yo siendo una citadina/ pueblerina, que dejo su lugar de origen por buscar una vida mejor en la ciudad, teniendo un trabajo prestigioso como estratega en mkt digital, viviendo el sueño de muchos jóvenes que freelancean o se han vuelto independientes… se podría pensar que estaba completa o feliz, la realidad es que el vivir de la mercadotecnia y la publicidad me hizo un click mental y comencé a cuestionarme si en verdad son positivas o negativas en el impacto del subconsciente colectivo de las masas y no es que lo sean, pasa que las empresas son las que lo usan de forma errada… cuando me di cuenta de eso dudé mucho si iba a continuar haciendo publicidad y mercadotecnia digital…
En medio de mi caos mental, llego a mi vida la oportunidad de conocer La Ventana Palenque, en Chiapas, por medio del curso: “Alimentos Sustentables - Cultivando y Cocinando Salud” impartido por Martha Elena García y Guillermo Bermúdez, autores del libro Alimentos Sustentables a la Carta, de la Tierra a tu Mesa; donde nos fueron llevando al recorrido de la alimentación en México, el cómo ha sido modificada desde la época prehispánica hasta hoy en día; pasando por la transformación de lo natural de los alimentos hasta llegar a los alimentos industrializados, llenos de aditivos, sustancias tóxicas que nos matan paulatinamente y hasta cómo la industria agroalimentaria por la perréz de querer dinero han ensuciado lo natural, haciéndolos tóxicos por medio de agroquímicos y semillas transgénicas… podríamos pensar que todo está mal, que todo esta perdido y no es así, hay mucho trabajo por hacer para llevar a la gente la información y formar parte de una reeducación alimentaria que ayude a que seamos consumidores responsables.
La ventana y el curso me ayudaron a ver la posibilidad que tengo como publicista y mercadóloga digital de aportar mis habilidades para generar un bien colectivo, pude entenderme con mis hermanos campesinos, quienes al terminar el curso y despedirnos, con lagrimas en los ojos de felicidad no daban crédito de ver que personas citadinas queremos aprender lo que ellos hacen en el campo. Me di cuenta que ellos tienen la labor más bonita del mundo, brindan alimentos saludables o sea nos alimentas de vida… Mis hermanos campesinos no se han dado cuenta de lo rico que son, de la abundancia en la que viven…
Días después terminado el curso, me quede un tiempo más en la Ventana, pues quería asimilar lo aprendido y lo que estaba experimentando en ese maravilloso lugar, fue tanta mi reflexión y los veintes que llegaron a mi mente, que llore de ver tanta hermosura, pensaba ¿cómo y por qué destruimos así nuestra tierra cuando ella nos da sustento, vida?, llegue a sentir que mis pies eran impuros, no era digna tocar esa tierra con mis pies, pude ser testigo de lo bondadosa que es, donde quiera germinaba vida.
Era tan claro el ver como todo vibra, todo es vida, desde la larva de los peces, el agua, las piedras, las plantas, la tierra, en todo podía ver, oír, sentir y escuchar a Dios…
Entonces llego a mi la siguiente pregunta: ¿La “evolución” nos lleva a la ‘involución’? nos han hecho creer que la riqueza es tener inmuebles, carros, la tecnología de punta, las modas, el dinero… yo vi, lo viví, lo percibí, la riqueza real es la que mis hermanos campesinos tienen. Tierras y comunidad. Al final nosotros como citadinos seguimos creyendo que la riqueza son otras cosas y ellos como campesinos no se dan cuenta de lo ricos que son, todo depende como lo veas… yo me sentí pobre de repente, lo único que tengo es un cuarto de hotel ubicado en el centro capitalino, mal nutrida pues la mayoría de la oferta alimentaria esta en los supermercados o comidas corridas de las esquinas, si bien te va un tianguis orgánico de vez en vez… ellos tienen mucho más que yo y que muchos de nosotros, ellos se pueden nutrir mejor, con alimentos variados cosechados con sus propias manos, en sus tierras… Todo depende de cómo lo veas.
-Estefanía Vieyra-
¿Cómo llegue a dar con ese cuestionamiento? Yo siendo una citadina/ pueblerina, que dejo su lugar de origen por buscar una vida mejor en la ciudad, teniendo un trabajo prestigioso como estratega en mkt digital, viviendo el sueño de muchos jóvenes que freelancean o se han vuelto independientes… se podría pensar que estaba completa o feliz, la realidad es que el vivir de la mercadotecnia y la publicidad me hizo un click mental y comencé a cuestionarme si en verdad son positivas o negativas en el impacto del subconsciente colectivo de las masas y no es que lo sean, pasa que las empresas son las que lo usan de forma errada… cuando me di cuenta de eso dudé mucho si iba a continuar haciendo publicidad y mercadotecnia digital…
En medio de mi caos mental, llego a mi vida la oportunidad de conocer La Ventana Palenque, en Chiapas, por medio del curso: “Alimentos Sustentables - Cultivando y Cocinando Salud” impartido por Martha Elena García y Guillermo Bermúdez, autores del libro Alimentos Sustentables a la Carta, de la Tierra a tu Mesa; donde nos fueron llevando al recorrido de la alimentación en México, el cómo ha sido modificada desde la época prehispánica hasta hoy en día; pasando por la transformación de lo natural de los alimentos hasta llegar a los alimentos industrializados, llenos de aditivos, sustancias tóxicas que nos matan paulatinamente y hasta cómo la industria agroalimentaria por la perréz de querer dinero han ensuciado lo natural, haciéndolos tóxicos por medio de agroquímicos y semillas transgénicas… podríamos pensar que todo está mal, que todo esta perdido y no es así, hay mucho trabajo por hacer para llevar a la gente la información y formar parte de una reeducación alimentaria que ayude a que seamos consumidores responsables.
La ventana y el curso me ayudaron a ver la posibilidad que tengo como publicista y mercadóloga digital de aportar mis habilidades para generar un bien colectivo, pude entenderme con mis hermanos campesinos, quienes al terminar el curso y despedirnos, con lagrimas en los ojos de felicidad no daban crédito de ver que personas citadinas queremos aprender lo que ellos hacen en el campo. Me di cuenta que ellos tienen la labor más bonita del mundo, brindan alimentos saludables o sea nos alimentas de vida… Mis hermanos campesinos no se han dado cuenta de lo rico que son, de la abundancia en la que viven…
Días después terminado el curso, me quede un tiempo más en la Ventana, pues quería asimilar lo aprendido y lo que estaba experimentando en ese maravilloso lugar, fue tanta mi reflexión y los veintes que llegaron a mi mente, que llore de ver tanta hermosura, pensaba ¿cómo y por qué destruimos así nuestra tierra cuando ella nos da sustento, vida?, llegue a sentir que mis pies eran impuros, no era digna tocar esa tierra con mis pies, pude ser testigo de lo bondadosa que es, donde quiera germinaba vida.
Era tan claro el ver como todo vibra, todo es vida, desde la larva de los peces, el agua, las piedras, las plantas, la tierra, en todo podía ver, oír, sentir y escuchar a Dios…
Entonces llego a mi la siguiente pregunta: ¿La “evolución” nos lleva a la ‘involución’? nos han hecho creer que la riqueza es tener inmuebles, carros, la tecnología de punta, las modas, el dinero… yo vi, lo viví, lo percibí, la riqueza real es la que mis hermanos campesinos tienen. Tierras y comunidad. Al final nosotros como citadinos seguimos creyendo que la riqueza son otras cosas y ellos como campesinos no se dan cuenta de lo ricos que son, todo depende como lo veas… yo me sentí pobre de repente, lo único que tengo es un cuarto de hotel ubicado en el centro capitalino, mal nutrida pues la mayoría de la oferta alimentaria esta en los supermercados o comidas corridas de las esquinas, si bien te va un tianguis orgánico de vez en vez… ellos tienen mucho más que yo y que muchos de nosotros, ellos se pueden nutrir mejor, con alimentos variados cosechados con sus propias manos, en sus tierras… Todo depende de cómo lo veas.
-Estefanía Vieyra-